¿Y AHORA QUÉ?

Tras el bombo y platillo de la semana europea sin coches los salmantinos volvemos a salir a la calle y todo parece igual.  Tal vez no debiéramos ser tan agoreros. Es cierto.  Algunas cosas están cambiando.   Si. Por ejemplo la actuación de la calle Serranos en la que se está igualando en estos momentos el adoquín de la calzada con el de la acera.  Un asunto pendiente desde hace años, sobre todo cuando la acera a uno y otro lado de esta calle frecuentada hasta hace poco por tráfico regular motorizado, era ridícula y el riesgo de caminar por ella era obvio.  Con la peatonalización de la calle Serranos se facilita el acceso por ejemplo la Facultad de Geografía e Historia y también al antiguo botánico.  Cabe no obstante destacar el equívoco planteamiento de los comerciantes y residentes de ese barrio céntrico que siguen pensando que sus clientes necesitan el coche para hacer sus compras.

Viñeta de Andy Singer, Salamanca, bici. www.salamancaenbici.com

Mas allá de esta acción no creemos ver más actuaciones sobresalientes.  Se ha inaugurado la calle Jardines y lo que antes era un puente ahora es un túnel. Sin más.  También, nos llama particularmente la atención la masificación de terrazas en los alrededores de la Plaza del Mercado donde, durante los fines de semana templados, es difícil siquiera atravesar con facilidad hacia la calle Obispo Jarrín.  Las terrazas nos parecen algo atractivo pero en algunos casos como este, su "esparcimiento" nos parece total y absolutamente desmesurado.

Con la finalización de la Semana Europea de la movilidad, el tráfico sigue siendo el mismo, la distribución de los medios de transporte no ha cambiado y, lo peor de todo, la conciencia de ciudad de los salmantinos sigue siendo la misma.  Resulta quizás vergonzoso que con el pretexto de "experimentar" se cerrase durante un día la calle Azafranal, calle que -paradójicamente- ya estaba cortada al tráfico motorizado por causa de la remodelación de la plaza del Comercio.  Un talante muy empírico pero oportunista, nada valiente y tal vez una tomadura de pelo.  La plaza de España es un lugar mucho más peligroso que antes, no solo para los que conducen que parecen luchar por entrar primero en una super rotonda ahora sin semáforos, sino por los peatones que tienen que recorrer itinerarios absurdos y distancias más largas para atravesar este nodo fundamental de la ciudad.  Y lo paradójico es que es una de las primeras medidas del Plan de Movilidad Sostenible de la ciudad, y que además se explico detalladamente como caso práctico durante la presentación del mismo en las dependencias del Ayuntamiento antes del verano.

Salamancaenbici se pregunta ¿y ahora qué? Adelantábamos hace unos días que el año que viene estamos condenados una vez más a padecer otra semana idéntica con paseos a pie, en bici y bus gratis uno de los días.  Tal vez así, de aquí a unos 10 años, los responsables dispongan de fantásticas estadísticas y presuman de participación aun a sabiendas de que nada a cambiado.

La semana europea de la movilidad es sin duda un escaparate para el Ayuntamiento que, con escasos recursos y nula influencia en las salas ingenieriles gobernadas por visiones anacrónicas de la urbanización de la ciudad del siglo XXI, obtiene mucho rédito mediático.  Una adscripción que no vocación, frente al pueblo muy lejos aún de la imperiosa y urgente necesidad de cambiar la realidad.  En este momento, sospechamos que la mente de los responsables municipales de la movilidad salmantina -si es que los hay- solo tiene lugar un pensamiento: ampliar las estadísticas de SALENBICI y superar el déficit económico que supone mantenerlo diariamente. Aún a pesar de venderlo muy bien en la prensa y de manera enfermiza en los paneles luminosos repartidos por la ciudad, SALENBICI no es un fin en si mismo.  Es más bien parte de un proceso que debe promover el uso de la bicicleta privada, transformar los escenarios urbanos y generar un cambio en la conducta de los salmantinos, no solo durante el fin de semana , sino también durante la semana que es cuando sigue descendiendo en términos totales el uso de la bicicleta.

Nos alegramos enormemente de que los fines de semana la red ciclista esté llena de ciclistas entusiastas y con sus recién compradas equipaciones en el DECATHLON, pero no debemos confundirnos.  Ese tampoco en un fin en si mismo.  Hay que ir más lejos para encontrar lo que los luminosos urbanos anuncian como movilidad sostenible. Un derecho a transportarse en el medio más eficaz y rápido.  Desafortunadamente, por ahora lo sigue siendo el coche. 


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