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En Castilla y León la situación, pese a que somos fabricantes del Twizzy, el panorama tampoco es alentador. Según la ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) en septiembre de 2012 se han vendido tan solo dos unidades de vehículos eléctricos. En lo que va de año son únicamente 9 los vehículos eléctricos circulando por las calles de Castilla y León. Cabe destacar la variación en los datos según las fuentes que hemos consultado. Sospechosamente dispares, teniendo en cuenta los intereses y lobbies implicados en un mercado que ni siquiera es incipiente en España (se han vendido 325 unidades en lo que va de 2012) y que se mueve en torno a estrategias aquí y allá.
Cuando desde Salamancaenbici cuestionamos el término de movilidad sostenible con respecto a los titulares universitarios, es porque encontramos un paralelismo con la publicidad del Sistema de Bicicleta Pública SALENBICI. No nos cansaremos de recordar que la movilidad sostenible es un derecho de acceso universal al transporte público o medios no motorizados, garantizando además, el acceso universal de todos los ciudadanos. En este momento SALENBICI no garantiza ni la seguridad, ni la facilidad y eficacia, ni las 24 horas, ni tan siquiera a los menores de edad y menos a todos los ciudadanos. Si tenemos en cuenta que los desplazamientos habituales de la flota universitaria, generalmente conducidos por una sola persona que es la que reparte el correo interno o realiza la mensajería y demás recadería entre campus, llamarlo movilidad sostenible es una verdad a medias.
Para Salamancaenbici, la verdadera movilidad sostenible asociada a esta nueva compra universitaria pasaría por hacer más eficaces los desplazamientos (previamente a un estudio de trayectos, tiempos e itinerarios) de tal forma que estos realmente cumplan con objetivos de sosteniblidad y corresponsabilidad ambiental. Nada de esto se ha hecho con los antiguos vehículos y por eso dudamos que con los nuevos se vayan a trazar itinerarios más inteligentes y eficaces. Un coche, eléctrico o no, si va ocupado por una sola persona no es ecológico.
Lo que sí parece funcionar es la connivencia de las instituciones universitarias con la automoción y dejar de lado los graves problemas de movilidad que padecen los escenarios urbanos actuales. ¿Cómo se explican sino, los colapsos diarios en los aparcamientos universitarios, la escasez de líneas y frecuencias de autobús en los campus universitarios o el nulo esfuerzo por sensibilizar y concienciar sobre la sostenibilidad en el transporte a la comunidad universitaria?
No sabemos cuánto ha costado esta inversión ni cuando ni como se va a amortizar pero entendemos que la inversión supera los 100.000 euros. Una cantidad significativa en época de constricción universitaria de dotaciones en muchos otros órdenes de asuntos más sociales urgentes y, sobre todo humanos. Tal vez su uso podría estar en manos de investigadores y docentes encargados de difundir las tesis sensu stricto de la movilidad sostenible, en una universidad que no trata aún estos y otros asuntos en sus aulas y laboratorios.
En definitiva, nos alegramos por Renault y sus ventas pero nos llama la atención los nulos esfuerzos por transformar las conciencias individuales y colectivas. También que en las fotos aparezcan agentes incómodos como el Diputado de Medio Ambiente de la Diputación de Salamanca y alclade de Ledesma que ha sido y seguirá siendo el principal impulsor de la Central Térmica de Ciclo Combinado en Ledesma. Sin duda un mundo al revés donde lo verde sigue siendo pasto de las fotos y no de las personas.
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