PARADOJAS ELÉCTRICAS

Acabamos de leer en la prensa local lo que considera más relevante en relación a la reunión mantenida el lunes 28 de noviembre entre entendidos, interesados y, sobre todo, garantes de la calidad del aire en las ciudades. Una jornada titulada “Acciones para el control de la contaminación urbana y mejora de la movilidad en la ciudad de Salamanca” que el titular resume de la siguiente forma: La junta propone que los coches híbridos no paguen en los aparcamientos del centro. Sin duda una idea razonable en el contexto de sinergias estado-sector de la automoción y, más si cabe, en aquellas ciudades donde en cuestiones de gestión de la movilidad no destacamos ni por innovadores o emprendedores (en definitiva valientes) salvo por todo aquello que viene masticadito, en bandeja y es políticamente conveniente.

Desde la óptica de cualquier otro foro sensibilizado con la construcción de la ciudad, la propuesta que lanza nuestro gobierno regional con el -aparentemente- beneplácito de la corporación municipal- no deja de sorprendernos por su inoportunidad y carencia de fundamento. Vamos a ver, cierto es que el vehículo eléctrico (a partir de ahora V.E.) tiene sus ventajas. La primera es que no contamina in situ, es decir, no emite partículas ni gases de efecto invernadero.  Claro, no lo hace en la ciudad, pero sí lo hacen las centrales de ciclo combinado o de carbón que son las que generan la energía eléctrica para cargar las baterías del V.E. En segundo lugar, no hacen ruído, y ello es un buen avance ya que la calidad acústica de muchas plazas y grandes avenidas de nuestras ciuades no es la deseable.  Ahora bien, determinadas compañías están estudiando colocar simuladores de ruído en los motores eléctricos para evitar atropellos. Hasta ahí, y a grandes rasgos, todas las ventajas, ni una más ni una menos. Los V.E. ocupan el mismo espacio en calles y avenidas, en movimiento o aparcados, nos da igual, tienen prestaciones exactamente inguales a los vehículos convencionales, radio-CD, elevalunas eléctricos (esta vez en sentido estricto), airbags, etc... 

Tal vez deberíamos destacar un una última ventaja, la que en realidad explicaría el interés de gobiernos de toda escala de perdonar a poseedores de V.E. incluso el pago por aparcar: favorecer al sector de la automoción y de las estrategias de V.E. que se repiten a todos los niveles de la gobernanza actual.   Ahora, en lugar de vender x modelos, los concesionarios podrán vender x+1, es decir, el modelo térmico pero también el eléctrico.

La carencia de fundamento en la medida se explica sencillamente por cuestiones de agrabio comparativo o, mejor, dicho, igualdad de derechos y deberes.  Mientras que compartir el coche o hacer un uso más racional del mismo no supondría un gasto extra para el bolsillo de cualquier persona o un desequilibrio del estado de los derechos, nuestro gobierno regional propone incentivar a aquellos ciudadanos que tienen un V.E.  Y lo que es peor, sin plantearse la vigencia de un modelo de transporte basado en el vehículo privado.  ¿Dónde estan las medidas para aumentar los modos de transporte colectivos? ¿Quién nos ha pretendido convencer de que el coche quizás no sea el transporte idóneo para desplazarse por la ciudad? ¿En qué momento una administración nos ha puesto trabas para aparcar masivamente en espacios urbanos? ¿Cuándo se han abierto calles para los peatones determinados días al año? ¿Quién va a romper definitivamente el ideario colectivo que encumbra al vehículo (eléctrico o no) por encima del derecho a respirar un aire limpio, disfrutar de una calle segura o vivir sin ruídos?  Subyace a todo esto una sinrazón en donde todo vale, mientras sea sobre las 4 ruedas. En donde las ciudades destinan el 80 % de su espacio para el vehículo, utilizado por solo un 20 % de los ciudadanos.  Un asombroso desequilibrio del que nadie quiere hablar ni oir hablar.

A modo de divertimento visual, os invitamos ahora a buscar las diferencias entre dos fotografías.  Tal vez así resumamos mejor que nunca que supondrá el V.E. en la ciudad.  La primera fotografía está tomada en una ciudad sin V.E.  La segunda es una ciudad con vehículos eléctricos, la que estima oportuno nuestro gobierno regional y muchas coporaciones locales.

2 comentarios:

  1. El chiste es un poco injusto con la tecnología del hidrógeno porque precisamente este sistema puede ser una solución para el almacenamiento de energía por ejemplo cuando hay excedentes de energía eléctrica-eólica.
    Por lo demás de acuerdo con que los coches eléctricos solucionan poco o nada en términos energéticos aunque en las grandes ciudades pueden tener una contribución a la mejora de la calidad del aire.

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  2. Tal vez nos hayamos equivocado con el hidrógeno pero en cualquier caso como bien señalas, la idea que queremos trasmitir es la de que primero debemos transformar nuestros hábitos de transporte para que tanto con coches de hidrógeno como eléctricos no reproduzcamos los abusos actuales. Te invitamos a repasar el resto de las viñetas de Andy Singer: http://www.andysinger.com/

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Salamancaenbici es un espacio abierto en torno a las dos ruedas y a la ciudad. Una ciudad con más bicis es más ciudad.