-No puedes decir “Siento llegar tarde, había un tráfico horroroso”.
-No puedes decir “Siento llegar tarde, no encontraba aparcamiento”.
-Te pierdes todos los maravillosos descuentos y fantásticas ofertas que hacen las gasolineras.
-La animada conversación de barra de bar de “a ver quien consume menos gasolina” contigo se acaba enseguida. Eres un rollo.
-Si te encuentras un atasco (de coches, lógicamente), tu timbre no tiene el superpoder de disolverlo si estas todo el rato tocándolo (el del coche tampoco lo tiene, pero hay gente que piensa que sí).
-Hacer “Burrrrumm… burrrrumm… burrrrrrummmm…” con la boca para vacilar al de al lado mientras esperas a que el semáforo se ponga en rojo, no queda muy bien.
-No tienes sitio suficiente para meter la rueda de repuesto.
-Te pierdes la gran oportunidad para pensar tranquilamente en tus cosas que es estar en medio de un atasco.
-La marca de tu vehículo no sale en los anuncios de la noche de la TV.
-Tienes que dejar de llamar a tu cochera (si es que tienes cochera, si es que tienes casa) “cochera” y empezar a llamarla “garaje”.
-No puedes llevar las lunas tintadas, con lo que se farda con eso.
-Tu timbre no es suficientemente potente para que se escuche por toda la ciudad y sí celebrar como Dios manda que tu equipo ha ganado un partido.
Ay (suspirito)… menos mal que el resto de cosas de ir en bicicleta por la ciudad en lugar de en coche MOLAN MUCHO!!!!!
La Mujer del Tiempo.
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