EL PRECIO JUSTO POR APARCAR

A modo de curiosidad, os invitamos a leer esta traducción parcial que hemos hecho de un breve artículo escrito por Donald Shoup titulado "Cruising for Parking", en el que se plantean algunas cuestiones de interés sobre el aparcamiento.

Cuando los conductores comparan los precios del aparcamiento según sea en la calle o en un parking de pago, generalmente convienen que siempre son ambos muy elevados, pero en realidad ocurre lo contrario.  El precio por aparcar en la calle es demasiado bajo. Cuando los precios están subestimados los conductores dan vueltas y vueltas en busca de una plaza, en lugar de pagar por un parking privado. Además, la gran mayoría de las congestiones en los aparcamientos se producen porque en el lugar de destino hay una plaza gratuita para aparcar y entonces se incrementa la demanda de uso del coche.  Cobrar el precio correcto por una plaza en la calle puede eliminar el tráfico en busca de aparcamiento y todos los efectos secundarios que ello conlleva.  Las autoridades municipales son por tanto las responsables del tráfico derivado de la búsqueda de aparcamiento y de las congestiones del aparcamiento, ya que son ellas las que fijan los precios por aparcar.


El caso de Westwood Village -distrito comercial en el entorno de UCLA, Los Ángeles, EEUU- es un claro ejemplo. La baja de los precios por aparcar genera casi un millón de millas en desplazamientos solo en busca de aparcamiento todos los años. En el caso contrario, Redwood City -al sur de San Francisco, EEUU-, el precio al alza hace posible recaudar un millón de dólares anualmente que se destinan a servicios públicos. ¿Cuál es la mejor política? Aquellas ciudades que quieran reducir la congestión del tráfico, limpiar el aire, ahorrar energía, reducir los efectos de los gases de efecto invernadero o mejorar los barrios de una manera rápida, deberían revisar las tarifas de aparcamiento en superficie e invertir los retornos en los servicios públicos. Encontrar el precio correcto para aparcar es una de las claves para mejorar el mundo en el que vivimos.

Además de los beneficios para la gestión de la movilidad y las ventajas medioambientales, el correcto precio en las tarifas del aparcamiento puede -en otro orden de cosas-, reportar beneficios sociales.  Si una ciudad retorna los beneficios del aparcamiento para mejorar los servicios públicos en las mismas calles donde se recauda, los residentes y vecinos involucrados serán menos reacios a soportar tarifas por aparcar sus coches. Estos nuevos aportes económicos se pueden utilizar para limpiar y manenter los espacios públicos, plantar árboles, mejorar el alumbrado, limpiar pintadas y otras mejoras públicas.

La figura de la izquierda de más abajo muestra una manzana comercial en Westwood donde el precio por aparcar es a la baja y por eso todas las plazas están ocupadas. La manzana dispone de 8 plazas para coches en cada lado y la media del tiempo empleado para aparcar es de 3,3 minutos.  Mientras, dos coches buscan sitio para aparcar...  Por el contrario, en la figura de la derecha se muestra cómo ante un tarifa regulada por aparcar existen menos coches aparcados y, por lo tanto, buscar un sitio no supone tiempo adicional para ningún conductor. Además, desaparece el tráfico en busca de aparcamiento.  

Solo el ensayo-error nos determina el precio justo por aparcar. En principio, si todos los lugares para aparcar en una determinada zona están siempre ocupados, el órgano competente debería incrementar a razón de 25 cts. la tarifa, ver qué pasa y comprobar si en horas punta el porcentaje de ocupación es al menos del 85%.  Si a pesar de ello, no existen espacios libres durante las horas de baja demanda, la ciudad debería seguir incrementando el precio hasta que el porcentaje de ocupación a lo largo de todo el día sea del 85%. 

A este equilibrio entre la demanda variable para aparcar y la disponibilidad de plazas de aparcamiento se le denomina "Principio de Goldilocks": el precio es muy alto si hay muchas plazas vacías y muy bajo si están todas ocupadas.  Cuando solamente hay algunas plazas vacías, el precio es el justo y todo el mundo comprobará que se desarrolla una buena gestión del aparcamiento y, mejor aún, podrá aparcar.


carril bici salamanca
El precio en las tarifas de aparcamiento determina la congestión que sufren las calles de una ciudad. Las autoridades municipales son las responsables del tráfico derivado de la búsqueda de aparcamiento y las congestiones del aparcamiento, ya que son ellas las que fijan los precios por aparcar.
Según Cruising for parking. Donald Shoup.

No obstante, las tarifas para aparcar no son el único factor que determina si un desplazamiento se hace o no en coche.  Los conductores cuentan con varias estrategias para economizar sus desplazamientos sin considerar la opción de dejar el coche en casa como una solución.  Pueden desplazarse a propósito en horas de poco tráfico, aparcar más lejos y caminar, aparcar por poco tiempo, aparcar en otros lugares que no sean las calles, compartir el coche, utilizar el transporte público, la bicicleta o caminar.  Derivar el transporte a estos otros medios alternativos reduce el uso del coche sin interrumpir la necesidad de desplazarse, porque en realidad quién se desplaza son las personas y no los coches.

1 comentario:

  1. Estoy muy de acuerdo con lo que has expuesto pero mucho me temo que se te echarían al cuello si planteas algo así porque sigue sin entenderse y mucho menos sin interiorizarse lo que es el coche en la ciudad y cuál debe ser su espacio y su función. Creo que hay que dar aún muchos pasos antes de llegar a este tipo de soluciones, pero repito, las entiendo y las comparto.

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Salamancaenbici es un espacio abierto en torno a las dos ruedas y a la ciudad. Una ciudad con más bicis es más ciudad.