Escribimos unas líneas para arrojar algunos argumentos más en favor de una ciudad más sensata para todos. Nos referimos concretamente al despropósito que se cierne sobre el popular barrio de Garrido. Un barrio que denominamos "popular" aunque no parece a todas luces que sea tan "popular" a la hora de defender una mejor gestión de su espacio público.
Se han publicado en el BOP las cláusulas de la licitación para una inminente participación de las empresas interesadas en realizar la obra del aparcamiento subterráneo en el único, nuclear y "popular" parque de Garrido. A diferencia de lo que ha ocurrido en la Calle de Comuneros, en la que se ha manifestado con contundente oposición de los vecinos a una obra de similares características, en Garrido absolutamente nadie a alzado la voz ni tan siquiera para debatir con mayor profundidad la pertinencia de otro aparcamiento subterráneo en su parque.
1. La construcción de más plazas de aparcamiento para coches en las periferias de las ciudades ha sido una práctica que, bajo la denominación de aparcamientos disuasorios, se ha producido en aquellas ciudades que han ido paulatinamente limitando el tráfico motorizado en sus centros. Tal no es el caso de Salamanca, donde por ahora no se ha promovido ni la limitación clara y objetiva de la circulación de vehículos por su centro (no solo el histórico) ni tampoco se han habilitado aparcamientos disuasorios.
2. Los aparcamientos disuasorios están pensados para evitar introducir coches en las ciudades o en determinadas partes de las mismas. Todos ellos se acompañan de servicios públicos que permiten a los visitantes y usuarios que diariamente entran y salen de la ciudad, culminar los desplazamientos bien a través de autobús, bien a través de una red de itinerarios peatonales o, incluso, en circunstancias que estando alejadas de nuestra realidad local, incorporan también a la bicicleta como medio de transporte. Desafortunadamente, Salamanca no cuenta con esos servicios y aparentemente tampoco con la voluntad de establecer prácticas de probado éxito en otras ciudades.
3. El aparcamiento planteado en Garrido no es disuasorio. Es más bien, un parking que resuelve una disuasión. Nos explicamos. Una disuasión que se ha producido en otras partes de la ciudad donde, cientos de usuarios del coche no pueden aparcar y lo hacen en Garrido. Se trata de un "caso de libro" en el que una supuesta necesidad de infraestructuras se ampara en un efecto secundario perpetrado conscientemente o no, por las restricciones que se producen en otras zonas próximas donde es imposible aparcar o, sin más, hay que pagar por aparcar. Así, Garrido está recibiendo la demanda de aparcamiento gratuito no necesariamente de los vecinos, sino también de vecinos de otros barrios y de usuarios que entran y salen de la ciudad y aparcan en Garrido para acceder fundamentalmente al centro de la ciudad. Garrido está pagando el pato de una mala gestión de aparcamiento y de una creencia aún muy asentada en la sociedad de que no se debe pagar por aparcar.
4. Bajo esta óptica, nos vemos en la obligación de poner de relieve que se está engañando a los vecinos de Garrido cuando desde las instancias municipales se pone de manifiesto que no hay espacio para aparcar y que es necesario habilitar más plazas. Si ya ha sido fatal la conversión de determinadas calles de Garrido en "calles-parking", al pasar de un aparcamiento en línea a otro en batería, ahora resulta que, sin haber resuelto el problema, se obliga a los vecinos a comprar plazas de aparcamiento. Una equívoca y desafortunada gestión que convierte a Garrido en un lugar estupendo para aparcar a los no residentes y a los residentes a comprar plazas.
5. El parque de vehículos no aumenta tan rápidamente como para estar construyendo parkings constante y simultáneamente. No vamos a citar los bajos índices actuales de venta de vehículos en España. Tan solo diremos que se trata básicamente de redistribuir el parque estacionado en superficie de una forma razonable y en armonía con criterios sensatos y en clara sintonía con una reducción paulatina de la presión que el coche ejerce y ha ejercido tradicionalmente sobre los espacios urbanos. En este sentido estamos totalmente desfasados con las nuevas corrientes, no lo decimos nosotros solamente.
Dicho lo cual, desde Salamancaenbici vemos posibles soluciones bien alejadas de las políticas de movilidad locales basadas en miradas tal vez sesgadas de la ciudad moderna.
1. No a la construcción de un parking en el parque de Garrido.
2. Si a la construcción de nuevos espacios más alejados y fuera del núcleo urbano, donde se pueda aparcar y acceder fácilmente al centro y viceversa mediante redes de transporte colectivo. Para comprender esto, es tan sencillo como ver qué pasa en los estacionamientos de larga duración de los aeropuertos.
3. Más restricción para aparcar en Garrido, reconvirtiendo las "calles-parking" de vuelta a calles con aceras más anchas, con menos zonas para aparcar y, en definitiva, para una mayor humanidad. Esto sabemos que, de buenas a primeras, puede generar exabruptos en el que lo esté leyendo, pero es una cuestión de tiempo. En cuanto el aspecto de las calles cambie y no se vean coches a la vista, AUTOMÁTICAMENTE los usuarios no darán vueltas para aparcar y por lo tanto la demanda disminuirá. Habrá por lo tanto más aparcamiento para los residentes.
Algunos dirán, sobre todo los que parece que piensan y razonan detrás de un volante incluso cuando no lo tienen delante. "¿para qué pagamos entonces el impuesto de circulación?" Pues nosotros decimos que el impuesto de circulación no es efectivamente un derecho para aparcar sino más bien para circular. Además, añadiríamos que se trata de un impuesto minusvalorado (o derecho demasiado valorado) porque no incorpora externalidades de las que lamentablemente no se suelen hablar y que trataremos en otro post.
Muy buen texto, estaba preparando una entrada similar en mi blog (a ver si saco tiempo) Por puntualizar algunas cosas: Entiendo y defiendo el modelo de aparcamientos disuasorios bonificados para usuarios de transporte público o bicicleta pero no sé hasta qué punto pueden funcionar en una pequeña y compacta ciudad como la nuestra en la que realmente nos estamos enfrentando a otra realidad. Aquí no creo que exista un problema relacionado con la necesidad de recorrer grandes distancias y tener que suplirlas con transporte público o bicicleta sino con hábitos adquiridos que ponen de manifiesto la inutilidad del vehículo privado en el mismo momento en el que obligas al usuario a aparcar a una distancia superior a los 200 o 300m del punto de destino. La respuesta no va a ser "Ah, pues aparco en un parking disuasorio gratuito y desde ahí me desplazo al centro en bus, en bici, o como sea" sino que será del tipo "para aparcar ahí voy caminando desde casa"
ResponderEliminarSalamanca es una ciudad muy pequeña y enseguida se pone de manifiesto el descontrol existente en materia de movilidad, descontrol malintencionado por otra parte y dirigido a generar sensaciones ficticias de necesidad de infraestructuras destinadas al coche. Un vecino de Garrido Norte verá que es muy difícil aparcar y no se lo voy a negar, pero también verá que sigue siendo igual de difícil aparcar después de que hayan puesto en servicio 300 nuevas plazas en superficie y digo yo sería igual de difícil aparcar (no más) si se racionalizara el espacio de aparcamiento y se suprimieran un buen número de plazas en esas "calles-parking" La implantación de la zona verde en Salesas, por ejemplo, pone de manifiesto la escasa necesidad REAL de aparcamiento en rotación de corta duración y de aparcamiento de larga duración para residentes, al quedar las calles vacías. Toda esa presión de aparcamiento se ha trasladado a zonas cercanas como Garrido Norte y la solución que se plantea desde las administraciones es cargarse una de las pocas zonas verdes para generar otro espacio de aparcamiento de pago que no responde a una necesidad real, ni a un problema real de movilidad, ni a una demanda real del vecindario y lo difícil es convencer a los vecinos de que ese aparcamiento no es necesario porque lo que ellos ven en su entorno más inmediato son pequeñas calles de barrio atestadas de coches. Hay que EQUILIBRAR y RACIONALIZAR el aparcamiento en la ciudad y en un Salamanca es muy sencillo (Coño! Que esto no es Madrid!) pero lo que no se puede hacer es engañar a la población y matar moscas a cañonazos. Garrido no puede perder su parque por la estrechez de miras de unos pocos y la mala planificación de la administración pública.
Buenas.
ResponderEliminarEl análisis sobre la conversión de las calles de Garrido en "calle-parking" y la demanda de aparcamiento del barrio me parece bastante acertado. Esta conversión la habría esperado antes de la crisis cuando se notó que la cantidad de coches en Garrido había aumentado muchisimo. Pero con lo que ha coincidido ha sido con la peatonalización de calles cercanas al Corte Inglés y la zona verde de Garrido Sur y San Vicente.
Con lo que no estoy de acuerdo es con lo de pagar por aparcar. Reconozco que las calles del barrio, entre terrazas de bares cuando hace bueno y la cantidad de coches en ellas son dificiles, feas e incómodas, que reducen espacio para los transeúntes y que directamente eliminan espacio para otros medios de transporte, como la bici. Pero en unas calles bien organizadas, con menos espacio para los coches y más para otros no veo por qué se debería pagar.
Muchas gracias por vuestros interesantes comentarios. Estamos totalmente de acuerdo con que el problema es inducido y que no parece que se resuelva fácilmente tampoco con aparcamientos disuasorios en una ciudad de escala mediana. No obstante ahora mismo el campus está funcionando como un aparcamiento disuasorio y también los de Salas Bajas o, incluso el que malamente se ha dispuesto en la Avda. de La Aldehuela para sofocar el parking del nuevo edificio de la Junta. Perciles, el pago por aparcar es un asunto que levanta ampollas y bien es cierto que la peatonalización impide el aparcamiento masivo. Circunstancia esta que resuelve en cambio la invasión del espacio público y mejora las condiciones de una ciudad. Ello tiene mucha relación, lo que comentas Pericles, con que las calles mejoran su aspecto, atractivo e, incluso, valor de la vivienda en el mercado cuando están libres de coches. Acabamos de leer un interesante artículo que tal vez os resulte igualmente de interés. Pensamos que la clave está en el último párrafo. http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/02/17/actualidad/1392632318_038257.html
ResponderEliminar